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Mejorando el Prototipo «Pulso Social» en Asturias

En nuestra última sesión de trabajo, nos sumergimos en el análisis y la mejora del prototipo «Pulso Social», una herramienta clave para monitorear las inequidades en el acceso a la salud. A través de esta reflexión colectiva, identificamos tanto los puntos fuertes que consolidan su potencial, como las áreas que requieren un ajuste para hacerla aún más efectiva y relevante.

La metodología que utilizamos fue la Malla Receptora de Información (MRI), un enfoque participativo que se basa en una red de actores clave para recolectar y organizar la información de manera descentralizada. En lugar de depender de una sola fuente, la MRI aprovecha la diversidad de perspectivas y experiencias, lo que nos permite tener una visión mucho más completa y ajustada a la realidad de cada territorio.

Los «nodos» de esta malla, es decir, las personas o grupos involucrados, recogen información en sus comunidades y la comparten con el resto de la red. Esto hace que el proceso sea ágil, flexible y mucho más cercano a lo que realmente sucede sobre el terreno. Y lo mejor: promueve la participación activa de la comunidad, contribuyendo a la toma de decisiones basadas en información veraz y contextualizada.

A raíz de la reflexión conjunta en esta sesión, hemos logrado hacer ajustes clave al prototipo «Pulso Social» para adaptarlo mejor al barrio de Otero, donde lo implementaremos. Aquí te dejamos algunos de los puntos más destacados:

Lo que nos gusta del prototipo:

  • Flexibilidad: La metodología es fácilmente adaptable y tiene un plan de trabajo que permite introducir mejoras constantemente.
  • Respaldo local: El prototipo cuenta con el apoyo de instituciones, entidades y la comunidad, lo que lo hace aún más sólido y legítimo.
  • Fomento de la participación: Tiene un gran potencial para movilizar a la ciudadanía, un elemento fundamental para abordar las desigualdades en salud.
  • Visibilidad a los excluidos: El enfoque es inclusivo, buscando dar voz a aquellos que usualmente no se escuchan.

Lo que podemos mejorar:

  • Atraer a la ciudadanía: Para que más personas se involucren, necesitamos trabajar en estrategias de dinamización. ¿Qué tal organizar encuentros informales como meriendas o eventos comunitarios?
  • Nombre del prototipo: Algunos cuestionaron si «Pulso Social» es lo suficientemente claro para todos. Tal vez sea momento de pensar en un nombre más accesible.
  • Recoger la voz de los más vulnerables: Es crucial garantizar que el proceso realmente refleje las perspectivas de los colectivos más marginados, evitando cualquier tipo de sesgo.
  • Espacios de participación inclusivos: Necesitamos asegurarnos de que las sesiones de trabajo mantengan una estructura horizontal, para que todas las voces tengan el mismo peso.

Nuevas preguntas y propuestas:

  • ¿Deberían los grupos focales ser mixtos o sectorializados según colectivos específicos?
  • ¿Cómo podemos definir estrategias claras para llegar a las personas en situación de vulnerabilidad?
  • ¿Deberíamos incorporar temas de salud sexual y reproductiva en el análisis?
  • Proponemos la creación de comisiones de trabajo para dar estructura al proceso y asegurarnos de que todo funcione de manera eficaz.

Ideas frescas para fortalecer el prototipo:

  • Accesibilidad: No solo se trata de llegar a los servicios de salud, sino también de acompañar a las personas para que puedan continuar con su tratamiento. Esto debe ser parte del análisis.
  • Formación y sensibilización: Es necesario integrar sesiones educativas sobre las barreras en el acceso y disfrute del sistema sanitario.
  • Salud mental: Incorporar una perspectiva de salud mental en los grupos focales es esencial para abordar un aspecto clave de la salud integral.
  • Contextualización: Realizar un mapeo previo del barrio para entender mejor las dinámicas locales y contextualizar el diagnóstico.
  • Objetividad en la validación: Aunque las percepciones son importantes, también debemos validar datos con cifras objetivas.
  • Enfoque en problemáticas concretas: En lugar de solo clasificar por colectivos, debemos abordar las necesidades específicas de cada grupo.
  • Incluir a los jóvenes: ¡El alumnado de los institutos también debe ser parte de este proceso! Su participación puede ser clave para sensibilizar a toda la comunidad.

Los avances y reflexiones que surgieron en esta sesión nos acercan cada vez más a un «Pulso Social» más sólido y efectivo. Con estas mejoras, estamos asegurando que el prototipo siga siendo una herramienta representativa y útil para reducir las inequidades en el acceso a la salud, con el barrio de Otero como punto de partida. ¡Vamos por más!